Propagación electromagnética sobre una tierra plana

En 1901, Guglielmo Marconi (25 abril 1874, Bolonia - 20 julio 1937, Roma) logró enviar señales de radio a través del océano Atlántico desde Cornwall, en el Reino Unido, hasta Newfoundland, en Canadá, a 3.500 kilómetros de distancia al primer intento. Esta fue la primera transmisión transatlántica de señales de radio telegráficas de la historia. Para lograr este hito, Marconi utilizó una combinación de tecnologías y mejoras inventadas por Nicola Tesla.

Entonces en teoría ya se conocía el potencial de la curvatura terrestre para bloquear la propagación de las ondas de radio. Sin embargo, Marconi y otros investigadores de la época decidieron ignorar la curvatura de la Tierra porque creían que de todas formas serían capaces de alcanzar distancias más allá del horizonte visible, desoyendo los consejos de otros científicos contemporáneos.

Efectivamente durante su experimento, Marconi comprobó que las señales de radio se podían recibir más allá del horizonte recto y a distancias mucho mayores de lo en teoría sería posible según la idea de que vivimos en una esfera. Pero llegó a la errónea conclusión de que estas señales rebotaban en la atmósfera y volvían a la Tierra, permitiendo así la comunicación a larga distancia.

Los experimentos y observaciones posteriores, realizados por científicos como Oliver Heaviside y Arthur Kennelly, basándose en la teoría de que las ondas de radio rebotaban en la atmósfera teorizaron que existía una capa de la atmósfera conformada por partículas cargadas eléctricamente (iones), y llamaron a esa capa la ionosfera.

Edwin                                   Heaviside  

Hay ciertas frecuencias de ondas decamétricas (entre 3 y 30 MHz) que SI tienen la capacidad de penetrar la ionosfera y alcanzar grandes distancias debido a su interacción con la capa F de la ionosfera. Estas frecuencias se utilizan en aplicaciones como la radio de onda corta y la comunicación de larga distancia, pero a partir de 40 Megahercios ninguna onda electromagnética la atraviesa.

Durante el proyecto "HAARP" (Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia) en Alaska, se llevaron a cabo experimentos para estudiar la ionosfera y su influencia en las comunicaciones de alta frecuencia. Mediante el uso de un potente transmisor de radio de alta frecuencia, se logró enviar señales de radio de hasta 106 megaahercios a distancias superiores a los 5,000 kilómetros. Obviamente esto es imposible en una tierra esférica, pero perfectamente lógico en una tierra plana.

La propagación de ondas electromagnéticas prueba que la tierra no es un globo y el ejército lo sabe, porque por ejemplo tienen un arma secreta llamada "propagación electromagnética sobre una tierra plana", aunque ya sabemos que todo lo que venga de nuestros gobiernos y el ejército puede ser una mezcla de desinformación interesada, fake news o verdades contadas a medias para despistar.

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